¿Tienes una casa de pequeñas dimensiones? ¿Te gusta disfrutar del espacio? ¿Lo diáfano va contigo? La decoración estilo japonés es la respuesta a las preguntas formuladas.
Lo primero que viene a la cabeza cuando pensamos en la decoración estilo japonés es una sensación de paz y bienestar, de sutileza y suavidad natural. El zen (meditación) es el eje fundamental de esta tendencia, muy ligada a la cultura milenaria japonesa. Y es que el diseño japonés es lo se dice un estilo de vida, porque si nos detenemos a reflexionar, forma un todo junto a las diversas facetas de la vida: la comida, la vivienda, los valores, el ocio….
En lo referente al diseño, podemos destacar que es un estilo minimalista. Gracias a los colores, los diseños puros y la selección de lo imprescindible logra ganar en profundidad y carisma que no consigue ninguna tendencia occidental. Seamos más concretos. Aquí van 5 características del estilo japonés.
- Orden. Cada cosa tiene un lugar, y ningún objeto en una casa debe dificultar la vida del individuo. La sencillez es una prioridad. Y este valor se consigue con el orden. Por ello, en ambientes extremadamente diáfanos (inaudito en las urbes) se hace uso de biombos e incluso paneles (Shoji) en lugar de paredes.
- Natural. Los materiales utilizados se inspiran en la naturaleza y se extraen de la misma. Madera, papel de arroz, lino… son las materias principales, aunque también tienen cabida plantas y sustancias orgánicas: bambú, agua…
- Altura. Es curioso que los muebles del estilo japonés tienen una altura inferior a la estándar en occidente. Esto responde a que gran parte de la vida la realizan en el suelo (éste también se viste con maderas, alfombras o futones…).
- Tamaños. Los objetos que encontramos en las estancias también ofrecen un tamaño menor. Sin embargo, no es preciso encontrar una réplica de lo que nos gusta en tamaño bolsillo, sino optar por objetos de alturas pequeñas y con espacio alrededor. La decoración se establece por bloques, alejados unos de otros.
- Colores. El color irá ligado a la textura del material. En la oposición de contrarios está el equilibrio. Es decir, el objetivo es que nada destaque, sino que el estilo fluya a través de materiales y colores. El blanco y el negro serán fundamentales, ya que definirán las formas y geometrías. A éstos les acompañarán otros colores neutros y tal vez alguna tonalidad más intensa para romper la monotonía.