Ser moderno cada día es más fácil. Y lo mejor, sale más barato. Sobre todo porque existen un sinfín de manualidades que actualizan nuestra vivienda. ¿Colgadores con una escalera? Claro que sí, me interesa.
Cuando uno se queda mirando fijamente a la pared y llega a la conclusión de que tiene que cambiar algo, lo primero que viene a la mente son cuadros, espejos y -si eres adolescente- un póster (qué plurales somos). Olvida las opciones que te he dado, todas se quedan a la altura del betún al lado de lo que proponemos a continuación. ¿Qué os parece reciclar una escalera para convertirla en un colgador? A mí, sencillamente, me parece lo más.
Si por un casual puedes hacerte con una de esas escaleras de madera ligeramente destrozadas, perfecto, porque van de maravilla. En caso de que tu vivienda vista desaliñada (la bohemia, el artisteo…) no tendrás más que colgarla y darle uso. Las manchas de pintura, arañazos e imperfecciones que tenga de servicios anteriores le darán carisma para mimetizarse con el entorno. Demasiado fácil. Tomemos el camino largo.
Primer paso siempre que trabajemos con madera: lijar. No es imprescindible, ya que no tiene por qué quedar lisa y perfecta, aunque de cara a que la pintura se adhiera siempre favorecerá. Los mismo podemos decir de la pintura base. ¿Quieres un acabado pulido o prefieres que la pintura se impregne de manera desigual? Sea cual sea tu decisión, tendrás que darle color; el que mas te convenza, teniendo en cuenta de que color es la pared. Para anclarla a la pared, necesitarás un par de escuadras o tres, dependiendo del tamaño de la escalera y de cuantos objetos vaya a soportar.
Para despedirnos, señalaremos un par de puntos a tener en cuenta. El primero es recalcar que es un colgador, no el armario de casa. Ten cuidado con abarrotar la escalera de perchas y cajas; por si cede y porque no queda bonito. En segundo lugar, intenta colgar la escalera con suficiente espacio a su alrededor, básicamente por argumento ya citados, para que destaque.
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