La construccion sostenible debería ser el futuro si lo consideramos la evolución lógica del desarrollo sostenible. Están estrechamente ligados y enfocados a mejorar la calidad de vida del ser humano.
Entendemos por construcción sostenible todo aquello que atiende a la vivienda, sus infraestructuras y los equipamientos. Este tridente, que parece muy enraizado en el sistema económico de un país, es uno de los puntales fundamentales de la evolución humana en el primer mundo, ya que plantea una forma diferente de entender los núcleos urbanos y por ende, el modus vivendi del hombre. La Asociación Green Building Council (GBC), organización sin ánimo de lucro, nos ofrece una infografía en la que podemos obvervar qué características consideran ellos que debe tener una construcción sostenible.
Establece cinco puntos:
Sistema de aguas. El consumo diario de agua por persona se establece entre los 150 y los 300 litros. Asimismo, casi la mitad de esa cantidad se desperdicia. Ante estas cifras, y teniendo en cuenta las limitaciones del agua potable, no nos queda otra que instalar sistemas de agua que nos permitan aprovechar más el agua gris (ducha y lavabo), aguas residual (baños y cocinas) o aguas fluvial (lluvia).
Panel solar. La energía solar es fácil de aprovechar mediante paneles solares térmicos o paneles fotovoltaicos, y su aplicación tiene la vertiente doméstica e industrial. Los primeros extraen el calor de la energía del sol; los segundos extraen la carga eléctrica de los fotones (partícula de luz).
Paredes verdes. También llamados jardines verticales. Las paredes verdes son una iniciativa arquitectónica que explota los beneficios medioambientales, ya que éstos ayudan a estabilizar la temperatura de la edificación. En consecuencia, garantizan la disminución de sistemas de ventilación eléctricos. Por si fuera poco, los jardines verticales suponen un aislante acústico.
Techo verde. Encontramos en lo alto de las construcciones una variante de los jardines verticales, multiplicando por dos el efecto.
Iluminación natural. Quizá el único punto que surja de la lógica y no de la evolución tecnológica. Aprovechar la luz solar desde los mismísimos cimientos, una ventana o cristaleras, permite ahorrar energía. Ahora bien, es capital hacerlo de forma adecuada; de lo contrario, puede provocar deslumbramientos y sobrecalentamientos.
Imágenes: findeter.gov.co, ovacen.com