Cuadros monocolor

El concepto de cuadro moderno, tan en boga hoy en día, en ocasiones se esconde tras formas sencillas y mundanas, por lo que únicamente necesitamos un segundo vistazo a lo que ya tenemos.

Cuadros modernos¿Y qué tenemos a nuestro alrededor? Los colores, todos magníficos y preciosos, al margen de gustos personales. En multitud de entradas hemos abordado el tema, desde diferentes puntos de vista: cómo mezclarlos, cómo no mezclarlos, cómo potenciar su efecto…e incluso los hemos tratado desde la vertiente social. Hoy empezamos por lo más sencillo, abogamos por cuadros monocolores en nuestras paredes.

Buscamos la combinación de colores perfecta, la mezcla exacta. Hasta pedimos composiciones que sólo se consiguen por encargo (un tanto por cierto de X, más un tanto por ciento de Y y le sumas un puñado de Z). No tenemos en cuenta el presunto problema que ello supone con el paso del tiempo en caso de deterioro. Hemos perdido la noción de lo sencillo, y con ello obviamos que la pureza del color también se está perdiendo.

Los cuadros monocolor, o de una única gama cromática, son ideales para entornos estériles y neutros, ya que funcionan de maravilla como eje focal. La saturación, sin entenderla desde un punto de vista adverso, consigue una fuerza al alcance de pocas mezclas o combinaciones, ya que éstas pretenden más el equilibrio entre colores. Así, no podemos negar que los ejemplos que forman la galería, en verde, amarillo, azul y rojo, visten llamativos. Y en ningún momento pecan de sobrios o austeros.

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