La decoración nórdica es uno de los grandes descubrimientos de la última época. Ideal para espacios pequeños. Veamos.
El estilo nórdico, o también conocido como escandinavo, está triunfando a lo largo y ancho del mundo. Originario de Noruega, Suecia y Finlandia, entre otros países, es una representación fidedigna del modus vivendi del norte de Europa. Debemos tener en cuenta el cambio de paradigma que se ha establecido con la incursión de este estilo. Y es que lo que para ellos es una necesidad provocada por sus condiciones climáticas, nosotros lo vemos como una tendencia atractiva totalmente rompedora en cuanto a lo visual se refiere. ¿Pero qué puntos interesantes aporta la decoración nórdica?
Color. El blanco, en todas sus tonalidades, es fundamental e imprescindible. Lo encontramos en paredes, techos, mobiliario… Debe dominar claramente, aunque debe romperse el inmaculado banco con pinceladas de otros colores. El acompañante que elijas dirá mucho, ya que el acabado no será el mismo con textiles rojos que con marcos de madera.
Minimalismo. Tenemos ante nosotros un estilo que no precisa de grandes molduras, excesos cromáticos ni piezas barrocas. Todo lo contrario, pues sigue fielmente las tendencias estéticas actuales de menos es más.
Funcionalidad. La sensación de espacio se origina principalmente en el orden. De esta manera, los grandes armarios (de color blanco, claro) revestirán más de un muro. Asimismo, se aprovechará cualquier hueco que la casa ofrezca.
Materiales. La madera es el principal, aunque también encontramos el cuero y las pieles como complemento, para dotar a la estancia de un aire más sofisticados. Los textiles cálidos aportarán proximidad y confort.
DIY. Este tipo de estilo permite la incursión de tus trabajos con madera (en blanco, por supuesto01001).Una vez sabido esto, a qué esperas, los sofás con palets te esperan, las mesas artesanales claman por tu atención y las manualidades llaman a tu puerta. No les des la espalda.