Espejo adhesivo

¿No tienes tiempo? ¿Buscas métodos que te hagan fácil la decoración? El espejo adhesivo es rápido, limpio y te da la posibilidad de complicarse hasta donde te apetezca.

espejo adhesivo¿Os acordáis de la entrada que destinamos a los vinilos decorativos? El espejo adhesivo conlleva la misma facilidad de aplicación, porque no tiene más complejidad que la de una pegatina: quitar el papel protector trasero, apuntar y zasca. Listo. Ahora bien, el espejo adhesivo tiene pros y contras. El resultado de la balanza dependerá de qué motivación u objetivo tengas para este tipo de producto. Vayamos primero con los contras, dejemos lo mejor para el final.

El principal problema de los espejos adhesivos es que su función como espejo puro y duro no es cien por cien funcional. Es decir, si lo que quieres es un espejo en el que mirarte, pulsar tus modelos de ropa, arreglar tu maquillaje o combinar complementos, piénsatelo. También les va en contra su ínfimo grosor. No tienen marco y son muy finos, por lo que dependiendo de dónde, se ven cutres; con poca presencia.

¿Y los pros? Para empezar, es un producto a acaballo entre el espejo y el vinilo. Y esto es positivo, porque le otorga la capacidad de decorar y en un momento dado -en un segundo plano- hacer las veces de espejo improvisado. Vamos, que aplicado en puntos estratégicos tiene su qué. Como pseudo-espejo, no podemos negar que aporta luminosidad, amplitud y profundidad a la estancia donde se coloca, ya que refleja la luz entrante. Por último, y lo que me resulta más interesante de todo este asunto, es la posibilidad de dar forma a tu espejo. Vale para un uso directo sobre las paredes de tu hogar, pero imagina lo que se puede llegar a hacer combinado con otros proyectos, sobre todo de DIY (Hazlo tú mismo).

Una vez puestos los argumentos encima de la mesa, os toca a vosotros decidir si los espejos adhesivos entran en vuestros proyecto decorativo o por el contrario están fuera de él.