La publicidad es molesta, siempre y cuando no la escojas tú. Colocar carteles en las paredes de casa es una de las grandes ideas para decorar; los de Toulouse Lautrec son un clásico.
Toulouse Lautrec es un pintor perteneciente a la corriente del Impresionismo, o Postimpresionismo. El artista concebía la pintura como una vía de evasión de su vida, sobre todo debido a los problemas de faldas, enfermedades y otros vicios que padeció. Los vaivenes que le deparó la vida le impidieron llevar una vida estable y falleció a la temprana edad de 37 años. Por contra, Lautrec dejó un impresionante legado que un siglo después es todo un referente no sólo en el campo de la pintura, sino también en el ámbito de la publicidad.
El estilo personal de Toulouse Lautrec en la litografía le valieron al París de finales del siglo XIX el título de capital artística de la cartelería. Desde entonces, el fanatismo de los seguidores de esta corriente se han afanado a coleccionar todo tipo de obras relacionadas con el movimiento (hasta se legaron a robar). Tanto es así, que las pinturas de Lautrec no tardaron en convertirse en un icono de decoración por derecho propio.
Los carteles de Toulouse Lautrec apelan a la emotividad del color, por lo que pueden ser un punto de referencia en una estancia. Pero además, este tipo de cuadros podemos encajarlos en ambientes sencillos, como piezas distinguidas, o en entornos años 20, disimulado entre alfombras, tapizados oscuros y perlas.
Es imprescindible señalar el carisma de este tipo de cuadros: porque transmite alegría, glamour y sobre todo por cómo imbuye todo de un aire bohemio que trasladan al París de los cabarets, los prostíbulos y los teatros.