Mesas redondas, cuadradas, rectangulares… existe una que domina el mundo de las mesas de comedor extensibles, la mesa Cabrestante Fletcher.
Una casa tiene millones de puntos a los que meterle mano: podemos cambiar cualquier objeto que pueble la estantería del salón, cambiar el tapizado de los sofás o simplemente cambiar las cortinas de la ventana más pequeña de la habitación más minúscula de la casa. Y no lo neguemos, los cambios, por ínfimos que sean, regeneran nuestro amor por la misma y alimentan -en menor medida- el ego. Fardar tiene su qué. Ahora bien, las partes más funcionales de la casa acaban quedando en un segundo plano porque suelen ser piezas sencillas. ¿En esa lista están las mesas?
Podría parecer que sí, que las mesas son tablas con cuatro patas, como mucho talladas, pero nada de eso, porque la mesa Cabrestante Fletcher abre el camino hacia el abanico perfecto de las mesas. Ahora bien, su precio ronda los 50.000 dólares y su uso prácticamente se limita a embarcaciones de lujo. Poco accesible actualmente, pero el tiempo dirá…
Lo más impresionante es su juego de engranajes que la hace girar la estructura 120 grados y aumentar su tamaño un 73%. Por si fuera poco, la estrella que dibuja durante su ampliación -y que a la postre dominará el centro- es preciosa. David Fletcher, su creador, inició el proyecto en 1997 y ha diseñado 5000 piezas para completarlo: tres capas (seis placas, seis placas y una placa respectivamente) y un mecanismo de aluminio y acero inoxidable. Sorprende también que tras acabar el proceso de abertura todo encaja a la perfección. ¡Y además es de madera!
Señalar que un cabrestante es un dispositivo mecánico que gira gracias al impulso de un un animal o de maquinaria, de vapor, hidráulica, eléctrica… Su función es la de mover o accionar objetos de grandes dimensiones o importante peso.
No te pierdas el espectáculo de abertura, mira el vídeo.
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