El pastartú se convierte en el objeto perfecto para enmarcar los cuadros. Los encontramos de diversos materiales, y todos embellecen.
La decoración de interiores se puede enfocar desde múltiples puntos de vista; tantos como piezas puedas implementar en el proyecto decorativo. Encontramos estanterías, muebles y jarrones, pero si de verdad queremos aislar la verdadera esencia de la decoración, no podemos por menos que rendir pleitesía al que es el objeto primordial y capital de la decoración, el cuadro. Y éste tiene un gran aliado con el que cuenta de manera casi irremediable: el paspartú.
La palabra paspartú procede del francés (passepartout) y hace referencia al marco que encontramos alrededor de las fotografías o pinturas cuando éstas se encuentran en un marco. Este tipo de marco interior también se conoce con el nombre de marialuisa, en referencia a la segunda esposa de Napoleón Bonaparte. Y es que en la década de los cuarenta se puso de moda atribuir nombres de personas a objetos. Otras teorías defienden que el nombre proviene de la deformación de «área lisa».
El paspartú, que consta de dos cartones (una ventana frontal y una placa trasera), tiene una función primordial, que es la de proteger la pieza artística. Y es que no son pocos los agentes que atentan contra la durabilidad del arte: la humedad, la luz, la polución y como gran enemigo, las acciones directas de quien se encuentra próximo. Ahora bien, podemos aseverar que el paspartú también tiene una función estética, pues intensifica la expresividad de la obra y realza el mensaje que ésta pretende transmitir.
El material del paspartú
El paso -o pasos- previo(s) a seleccionar el paspartú, es similar al que se lleva a cabo para elegir otro tipo de objetos decorativos. ¿Qué materiales queremos para el paspartú? ¿Queremos prescindir de algunas de las dos piezas que lo conforman? ¿Color? ¿Tamaño? Como veis, estamos hablando de un marco interior pero podíamos estar trabajando con los valores de una mesa artesanal…
En cuanto al material, podemos decir que la mayoría de modelos apuestan por alpha celulosa o el algodón; con ph neutro, sin blanqueadores ópticos y libre de ácidos. El algodón tiene una implementación recomendada sobre todo para obras de gran valor y documentos históricos. Asimismo, el grueso de la pieza se encuentra entre los 1,35 milímetros y los 3 mm.
El color del paspartú
Si atendemos al color, las posibilidades aumentan, ya que en los últimos años se ha extendido la tendencia de utilizar colores que distan bastante del clásico blanco puro o natural. Se entiende que el color que escojamos para el paspartú debe encontrarse en la obra. Esto responde a la idea de continuidad y bloque que debe transmitir, porque debemos señalar que tanto la obra como el marco de cartón van estéticamente de la mano. Ahora bien, el color en cuestión no debe ser el predominante para no convertirse en la pieza que más destaque. Una buena idea es trabajar los tonos cromáticos.
A la hora de seleccionar el paspartú también tendremos en cuenta el marco. Si optamos por un paspartú blanco, haremos que el ojo se centre rápidamente en la obra. Se creará una espacio limpio que aislará la obra. De la misma manera, los tonos suaves ejercerán el mismo efecto aunque sin enfatizar tanto el resultado visual. Pueden combinarse ambas líneas escalonando dos paspartús: uno como tal y el otro como filo (visible un centímetro). Muchas obras, como pasteles, acuarelas o carboncillos, disponen de doble paspartú para proteger la obra del roce con el cristal.
Por otro lado, tenemos el paspartú oscuro. También resaltará la imagen enmarcada, pero añadirá un matiz de profundidad. Los paspartús oscuros concentran la luz, así que no siempre es la mejor opción, pues quizá recargue demasiado la pieza y resulta finalmente un tanto espesa.
El tamaño del paspartú
Muchos expertos del sector afirman que el paspartú no debería tener menos de 3 centímetros, y también que debería existir una relación entre el tamaño del paspartú y el marco del cuadro: a mayor marco, menor paspartú, y a menor marco, mayor paspartú. Sin embargo, las directrices no están claras, ya que en la última década el circuito se ha abierto a multitud de nuevas tendencias.
El paspartú amplía la entidad de la pieza, por lo que cuanto más pequeña sea la obra, más grande, en proporción, deberá ser el paspartú. Sobre todo si pretendemos colocarla en la pared. El paspartú ayudará a que la pieza pequeña no se vea aislada con la amplitud de la pared. Esto, como es lógico, no sucede con obras de gran tamaño. No obstante, el paspartú también nos dice cuán importante resulta la pieza artística. Por eso encontramos grabados con paspartús de 6 centímetros aproximadamente, el doble de lo establecido como mínimo.
Nuevos diseños
A lo largo de la explicación, ya hemos dejado claro que el paspartú es un figura de la decoración importante, pero que si tenemos que ponerlo en una balanza junto al marco o la obra, los segundos se llevan el gato al agua. Sin embargo, existen ejemplos de cuadros con fotografías sencillas y molduras básicas que apuestan por ceder la atención al paspartú. Nada de monocolores, ni siquiera juego con tonalidades, directamente un paspartú moderno que podría hacer las veces de obra de arte, ya sea mediante técnicas de decoración, collages o láminas originales. Sólo un apunte a pie de página: este tipo de práctica mejor dejarla para confeccionar cuadros de cierto carácter banal.
Paspartú artesanal
Una vez asimilada la información proporcionada, existe la posibilidad de crear tu propio paspartú, atendiendo cien por cien a los criterios que tú consideres adecuados e imprescindibles. No te será complicado cortar el cartón, sirviéndote de un cortador y unas guías, en base a las medidas de la pieza a enmarcar, montarlo en el interior del cuadro con la ayuda de la cinta adhesiva y centrarlo todo para que el resultado quede lo más profesional posible. Eso sí, nosotros recomendamos que si tienes entre manos una pieza de valor, acudas a un profesional.
El tamaño del paspartú
Lo primero que tenemos que tener claro es cuál es la función del paspartú. Básciamente, separar la lámina del marco. Por dos motivos. El primero, por una cuestión de protección de la obra, evitar que la obra o lámina se pegue al cristal; la segunda para proporcionar perspectiva a la pieza artística. El grosor óptimo del paspartú se encuentra entre 1,4 milímetros y 3 milímetros. Según los expertos, el paspartú no debería ser nunca inferior a 3 centímetros. En tal caso, es mejor no colocar paspartú. De la misma manera, se establece que el ancho del marco debe ser inversamente proporcional al ancho del paspartú. Es decir, con un marco ancho, paspartú estrecho. Y viceversa.
Obras de gran tamaño
La tendencia no es clara al respecto. Unos son partidarios de que las obras artísticas de gran tamaño, ya sean fotografías o pinturas, no tienen por qué llevar paspartú, ya que el marco ejerce de pieza que centra la atención en el conjunto de la obra. Otros, contrarios, son partidarios de colocar paspartú a partir de 20×15.
Obras de tamaño medio
Más que nunca, el paspartú debe ser proporcional al ancho de la moldura, sobre todo para compensar el global del conjunto. Lo que comentábamos anteriormente, a un marco ancho, un paspartú estrecho, y a una moldura estrecha, paspartú ancho.
Obras de tamaño pequeño
Existe una regla que gana terreno con el paso del tiempo. Cuanto más pequeña sea la imagen, mayor debe ser el ancho del cartón. Así, la pieza se amplía y gana en preponderancia. En consecuencia, gana presencia colgada en la pared.
Cómo elegir el color del paspartú
El paspartú se ha convertido con el tiempo en un factor más a tener en cuenta a la hora de confeccionar el estilo de nuestro cuadro. Hablando claro, aquello de considerarlo una pieza meramente protectora pasó a mejor vida. Y diría más, me la juego a que algunos ya ni conocer su función primigenia.
Hablamos mucho del contraste que debe existir entre el cuadro y el color de la pared, de la combinación entre los diferentes cuadros dentro de un mismo espacio y de innovar en cuestiones de forma; sin embargo, uno de los grandes puntos en el momento de potenciar todo lo que puede dar de sí el interior de un cuadro es el paspartú. Conviene poner mucha vista en qué colocamos alrededor de la obra, ya sea una lámina, una fotografía o un lienzo. Por ello, aquí va una serie de consejos para apurara el proceso de elección.
Es aconsejable que el color del paspartú se encuentre también en la obra, aunque no el predominante, pues acapararía una atención excesiva que no le atañe. La obra es lo primordial, y así debe percibirse visualmente. Asimismo, cabe la posibilidad de saturar el conjunto.
En caso de optar por un paspartú con un color más oscuro que el color dominante de la obra, intensificaremos la sensación de profundidad y tridimendionalidad. Si por el contrario es más claro, marcaremos el segundo plano que ocupa el paspartú.
Los puntos anteriores, sobre todo el primero, deja patente que es recomendable trabajar con un color y desarrollar los diferentes tonos que podemos encontrar. Este punto, además, es aplicable a gran parte de los trabajos con pintura.
Según qué obras, como pasteles, carbocillos o acuarelas, pueden llevar un doble paspartú. El motivo es para proteger la obra del cristal, y se da también en caso de no tener margenes laterales suficientes.
Si decides que prefieres métodos caseros, como el utilizar cartulinas, has de tener en cuenta que el paspartú tiene unas características muy concretas: un grosor especial (entre 1,4 mm y 3mm) y está tratado, de modo que carece de ácidos y no amarillea con el tiempo.
Guía para montar un paspartú
No hay nada como la mano de un profesional para realizar trabajos de alto nivel, sobre todo si lo que ansiamos es un acabado limpio y profesional. En el otro extremo quedan nuestros trabajos en el taller de casa, ejercicios nada desdeñables. Un camino y otro son válidos a partes iguales, básicamente porque confluyen en más de un punto. Como en DECORACIÓN CON MADERA somos habituales de meternos en lides ajenas, que pertenecen a otro campo profesional, repetiremos una vez más. Vamos a establecer los pasos necesarios para montar nuestro propio paspartú.
Materiales:
- Cúter (preferiblemente recto)
- Cortador de paspartú
- Regla con guía
- Cinta adhesiva
- Paspartú (con las medidas adecuadas) [cartón]
El primer paso consiste en valorar los materiales del paspartú. ¿Quieres que la parte trasera y delantera sean del mismo material? ¿Prefieres prescindir de parte trasera?
Una vez tomada la decisión, tendremos que cortar el paspartú. El objetivo es conseguir dos piezas exactamente iguales en tamaño (o una…). Debemos tener en cuenta que el tamaño lo conseguimos de sumar la obra que quieres enmarcar y el ancho de marco. Los mismos centímetros por cada uno de los cuatro lados.
El paspartú se mostrará por encima de la obra, por lo que marca los límites interiores, donde irá la lámina, con unos centímetros de menos hacia el interior. Los cortes deben quedar limpios, que el papel no luzca mordido.
A continuación, coloca la imagen sobre la parte trasera, centrada. Fija la imagen con la cinta adhesiva. Puedes utilizar la normal o de doble cara. Tanto una como la otra deben quedar escondidas.
Si quieres verlo con más detalle, no dudes en darle al play del vídeo.
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10 maneras de enmarcar cuadros con paspartú
A veces las cosas más sencillas son las que más impactan, y en arte e interiorismo, en concreto a la hora de enmarcar cuadros, el mejor ejemplo es el paspartú. Este sencillo trozo de cartulina (u otros materiales) entre la imagen y el marco tiene tantas utilidades y posibilidades de uso creativo que, literalmente, puede transformar un espacio.
Y es que, aunque tiene una clara función de protección de la obra y sus bordes, sus contrastes de anchura y color con la moldura y la propia obra permiten crear contrastes, claroscuros, enfoques y matices tanto para el cuadro como para la estancia en la que lo cuelgas.
Hemos hablado ya sobre las características más técnicas del paspartú. Hoy lo que queremos darte son 10 ideas para enmarcar cuadros aprovechando las posibilidades visuales y estéticas del paspartú. ¡Seguro que podrás sacarles partido en casa! Si quieres conocer qué tipos de molduras para cuadros son los más populares no te pierdas nuestro anterior post.
1- Marcos estrechos con paspartú ancho
Una de las disposiciones más clásicas, que siempre es efectiva. Un marco delgado permite hacer una transición sencilla pero eficaz entre la obra y el color de la pared, y la anchura del paspartú permite a la obra respirar y gozar de plena autonomía respecto a esos colores del entorno.
2- Marcos anchos con marialuisa
“Marialuisa” es otro de los nombres con los que se conoce el paspartú, posiblemente nacido en los años 40 del siglo pasado, cuando en Francia se extendió la costumbre de “nombrar” algunos objetos por personajes famosos. Haría referencia a la segunda esposa de Napoleón, María Luisa, cuyos retratos son de los primeros en los que se ve ese espacio liso entre la obra y el marco.
En cualquier caso, cuando hoy hablamos de marialuisa nos referimos a un paspartú de madera. Esta doble combinación con moldura de madera es idónea para enmarcar cuadros clásicos, óleos, acuarelas, y demás pinturas.
3- Obras pequeñas con paspartú desproporcionadamente grande
¿Cómo enmarcar cuadros pequeños, o fotografías tamaño postal? Pues un sistema fantástico es utilizar un paspartú desproporcionado, exagerado a propósito. Hablamos de 15 cm de ancho como mínimo. ¿Qué conseguimos con esto? Pues crear un potentísimo foco de atención. Ese inmenso espacio liso entre el marco y la obra aumenta su importancia y multiplica su valor de forma proporcional a la anchura del paspartú.
4- Paspartú oscuro con obras oscuras
Esta combinación es algo más extrema, más arriesgada… y exageradamente elegante. Es fantástica para estilos en clave baja tipo Nocturne, donde los tonos oscuros son los protagonistas. Las obras enmarcadas se integran en el entorno, destacando pero sin romper la tónica con un exceso de luminosidad.
5- Paspartú claro con obra clara
En el otro extremo, tenemos la combinación de paspartú claro con obras claras. Ésta es la opción para la máxima luminosidad. Una fórmula ideal para espacios que aspiren a la neutralidad, y perfecta para enmarcar bocetos o ilustraciones, así como fotografías en clave alta.
6- Paspartú claro con obra oscura
Ésta es la opción perfecta para enmarcar imágenes muy oscuras, minimalistas y monocromáticas, que necesitan mucho contraste para poder destacar en la pared. El espacio en blanco separa las tonalidades del entorno y concentra el foco visual en la oscuridad de la pieza, proporcionándole así el protagonismo que necesita.
7- Paspartú oscuro con obra clara
El contraste inverso al anterior: rodear de oscuridad una obra de bases blancas o muy claras. Con esta combinación se crea un efecto óptico de túnel, una ventana a un más allá en el que la obra brilla y destaca muchísimo. Es, sin embargo, una fórmula a contracorriente, y que para mantener su efecto necesita usarse de forma moderada, incluso individual.
8- Paspartú de color
Ésta es sin duda una de las combinaciones más arriesgadas: el paspartú adquiere protagonismo, y no sólo crea espacio extra alrededor de la obra, sino que se integra y forma parte de la misma renovándola y ampliándola.
Es una opción muy interesante en espacios monocromáticos para añadirles un chispazo de color que sacuda y revitalice el espíritu. Casa bien con obras abstractas o geométricas, y también es fantástico para enmarcar ilustraciones infantiles.
9- Paspartú doble
Esta fórmula, ideal para obras de tamaño medio y pequeño, consiste en superponer un paspartú sobre otro, en el mismo color o jugando con los tonos según la imagen o el efecto deseado. Se crea así un doble foco que revaloriza la obra de forma similar a la idea nº3, con el grado añadido de la textura y la profundidad que se crea con el doble paspartú.
Esta sensación visual puede amplificarse introduciendo cartón pluma entre los dos paspartús, una variante que es el paspartú con efecto 3D, que acentúa así la sensación de volumen y tridimensionalidad que tira y arrastra la mirada de cualquiera que se ponga delante.
10- Paspartú creativo
Ni la moldura ni el paspartú tienen por qué conformarse con acompañar a la obra. Como en el caso del paspartú de color, también pueden ampliar la obra y darle un nuevo sentido artístico. En eso consiste el paspartú creativo: en envolver la obra con una creatividad lograda con la combinación de formas suaves o geométricas en el paspartú.